RESEÑAS

Dzieła literackie i teatralne. Tom. 2: Utwory poetyckie (1946-2003). Pod redakcią Zofii Zarębianki. Zespól redakcyjny Marta Burghardt, Krzysztof Dybciak, Stanislaw Dziedzic, Anna Karón-Ostrowska, Jacek Popiel, Pawel Ptasznik

Carmen Álvarez Alonso
Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA), España

Dzieła literackie i teatralne. Tom. 2: Utwory poetyckie (1946-2003). Pod redakcią Zofii Zarębianki. Zespól redakcyjny Marta Burghardt, Krzysztof Dybciak, Stanislaw Dziedzic, Anna Karón-Ostrowska, Jacek Popiel, Pawel Ptasznik

Cuadernos de Pensamiento, núm. 35, pp. 271-276, 2022

Fundación Universitaria Española

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Wojtyła Karol. 2020. Cracovia. Wydawnictwo Znak. 323pp.. 978-83-240-5910-2

Recepción: 01 Junio 2022

Aprobación: 14 Julio 2022

Publicación: 30 Diciembre 2022

Wojtyła, Karol (Kraków 2020) Dzieła literackie i teatralne. Tom. 2: Utwory poetyckie (1946-2003). Pod redakcią Zofii Zarębianki. Zespól redakcyjny Marta Burghardt, Krzysztof Dybciak, Stanislaw Dziedzic, Anna Karón-Ostrowska, Jacek Popiel, Pawel Ptasznik. Znak. 323 pp.

El Centenario del nacimiento de Karol Wojtyła, celebrado en el año 2020, supuso una ocasión importante para reimpulsar los estudios sobre la vida y obra de este gran autor, que antes de llegar a ser Papa, fue actor y director de teatro, guionista, poeta, obrero, filósofo, teólogo, además de gran aficionado a la música, al canto y a la pintura. Conocedor de las variadas tendencias literarias y artísticas que dominaban la vida cultural vanguardista de Polonia, durante el período de entreguerras, Karol Wojtyła se entregó con verdadera pasión a su vocación artística, participando intensamente en los más destacados círculos culturales de Cracovia. A pesar de que el estallido de la II Guerra Mundial, en septiembre de 1939, interrumpió sus estudios de polonística, Wojtyła siguió cultivando su pasión poética y teatral en la clandestinidad. La situación bélica no logró apagar su fuerte vocación artística y literaria, en cuyo seno nació su inclinación al sacerdocio y su posterior itinerario intelectual y magisterial.

A través de su obra literaria podemos conocer lo más esencial e interior de Wojtyła, pues la poesía y el teatro no fueron para él una dedicación añadida, sino la forma más connatural y espontánea de expresar su pensamiento, su visión sobre el hombre, su mundo interior y su vida de unión con Dios. Su poesía filosófica, o su teatro interior, resultan, así, indispensables para conocer la obra de Karol Wojtyła/Juan Pablo II, desde la unidad interna de su pensamiento y de sus escritos, y encuadrarla en su adecuada perspectiva bio-bibliográfica. De ahí el alcance que reviste la publicación de la edición crítica de la obra literaria completa de Karol Wojtyła, publicada en tres volúmenes, de los que aquí reseñamos el segundo. Nos referimos a la obra literaria «completa» con cierta reserva, pues no es descartable que, si la investigación archivística continúa, sigan apareciendo manuscritos inéditos del poeta y dramaturgo Wojtyła, cuyos escritos, a pesar de su gran valor literario e intelectual, continúan siendo poco conocidos y estudiados fuera del ámbito polaco.

Si en el volumen anterior, se recogían los escritos poéticos y teatrales de su primer período cracoviense, 1938-1946, este segundo tomo recoge los escritos poéticos compuestos desde 1946, año de su ordenación sacerdotal, hasta 2003, fecha en que se publicó su última obra conocida, Tríptico romano. El libro se abre con una Introducción firmada por la profesora Zofia Zarębianka, una de las componentes del Comité Científico que ha realizado esta edición crítica. Poeta y ensayista, profesora de literatura contemporánea en la Universidad Jaguelónica de Cracovia, Zarębianka es una gran conocedora, desde su ámbito literario, de la obra de Karol Wojtyła, como muestran sus numerosas publicaciones. A la Introducción, le sigue el primero de los poemas, titulado Canto del esplendor del agua, escrito y publicado en 1950, es decir, durante los años en que Karol Wojtyła estuvo como vicario en la parroquia de san Florián, de Cracovia. La pieza tiene como protagonista a la mujer samaritana y evoca el pasaje bíblico de su encuentro con Cristo.

A partir del resplandor del agua del pozo, la mujer iniciará un camino de regeneración interior, que la convertirá en símbolo y modelo del hombre que es transformado interiormente por el amor. Le sigue el poema titulado Madre, publicado también en 1950, con motivo de la proclamación del dogma de la Asunción de María, hecha por el papa Pío XII el 1 de noviembre de ese mismo año. Se trata de una bellísima pieza, una poesía teatralizada, que se estructura en forma de tríptico. El motivo central del poema es la experiencia de la maternidad y de la infancia de Cristo, que María evoca, con el recuerdo y la oración, en los años finales de su existencia terrena. El contrapunto a esta experiencia materna se desarrolla en la segunda parte del poema, cuyo protagonista, el apóstol san Juan, evoca la figura de la Madre María desde la perspectiva y la experiencia del hijo.

Sigue el poema Pensamiento, extraño espacio, publicado por primera vez en Cracovia, en 1952. Karol Wojtyła seguía involucrado en el Teatro Rapsódico, a la vez que ultimaba su Tesis de habilitación sobre Max Scheler, defendida al año siguiente. La composición aborda la cuestión del hombre en relación con la verdad. La escena bíblica de la lucha de Jacob con el ángel se convierte en una imagen del hombre moderno, que ha de luchar dentro de su conciencia, en su interioridad, para abrirse paso hacia la verdad sobre sí mismo y sobre Dios. La victoria del hombre consistirá, precisamente, en que, encontrándose a sí mismo llega también a encontrarse con Dios.

Sigue el poema titulado La cantera, un canto al trabajo humano, que anticipa mucho de lo que, años más tarde, aparecerá expuesto en la encíclica Laborem exercens, de 1981. La mayoría de los comentaristas lo sitúan en 1956, motivado por la famosa revuelta de Poznań, que comenzó en junio de ese mismo año. Sin embargo, el propio Wojtyła, en su libro Don y Misterio, recuerda que, en otoño de 1940, comenzó a trabajar en una cantera de piedra, y que allí escribió una poesía, de la que cita algunas estrofas. Al principio, Wojtyła trabajó como adjunto a la extracción de la piedra caliza, que posteriormente era trasladada desde la cantera a la planta. Es posible suponer que, si bien el poema fue publicado en junio de 1957, cercano a los sucesos de Poznań, la pieza pudo haber sido elaborada entre 1939 y 1944, en el tiempo en que Wojtyła trabajó como obrero en la fábrica química alemana "Solvay”, en Cracovia.

El poema Perfiles de cireneo, escrito en 1957, se inspira en la figura bíblica de Simón de Cirene. En el camino hacia la Cruz, hay una multitud que acompaña a Cristo. En ella encontramos diferentes perfiles de cireneos, en los que está representado el hombre moderno, tantos hombres de hoy, llamados a llevar su propia cruz y su sufrimiento en compañía de Cristo. Le sigue el poema titulado Nacimiento de los confesores, escrito en 1961. Wojtyła se encontraba inmerso en sus clases de ética en la Universidad Católica de Lublin, y, desde 1958, había sido nombrado Obispo auxiliar de Cracovia. Es probable que la fuente de inspiración de este poema fuera la visita pastoral que el obispo Wojtyła realizó a la villa montañesa de Witów, para administrar el sacramento de la confirmación, pues los versos aluden, precisamente, a esta ocasión pastoral.

Recién elegido Vicario Capitular de la sede metropolitana de Cracovia, Wojtyła participó activamente en la primera sesión del concilio Vaticano II, del 11 de octubre al 8 de diciembre de 1962. El entusiasmo de la experiencia conciliar conquistó su vena poética y en el otoño de 1962 compuso un poema, o, más bien, una pequeña colección de poemas, recogida bajo el título Iglesia. El tema unificador es la Iglesia, considerada en su aspecto material, como lugar de culto, pero también en su dimensión espiritual, en cuanto comunidad de fieles, que forma el cuerpo místico de Cristo y que se significa en los obispos, sucesores de los Apóstoles.

Después de estar en la segunda sesión del Concilio, Wojtyła participa, junto con otros obispos de diversas nacionalidades, en una peregrinación a Tierra Santa, del 5 al 10 de diciembre de 1963. La experiencia fue tan profunda, que tuvo su expresión artística en un poema, que apareció publicado en junio de 1965, y que lleva por título Peregrinación a los santos lugares. La pieza pudo haber sido escrita después de esa peregrinación, o después de la segunda, que hizo en noviembre de 1964. No se trata de una descripción geográfica, o ilustrativa, de los santos lugares, sino que el poeta describe, más bien, una peregrinación al interior de su alma.

Después que Karol Wojtyła fuera elegido Papa, en 1979, apareció publicado el poema Pensando Patria, escrito en 1974, como una reflexión sobre la noción de Patria y sobre el vínculo identitario del hombre con su tierra natal. La pieza tiene relación con otro poema titulado Vigilia Pascual 1966, en el que también Wojtyła retoma la cuestión patriótica, desde la perspectiva de la historia de Polonia. El título de este segundo poema es significativo, pues en 1966 se celebró el milenio del cristianismo en Polonia, iniciado con el bautismo del primer rey Mieszko I, que tuvo lugar el 14 de abril del año 966. En la línea de la filosofía y la teología de la historia, Wojtyła reflexiona aquí sobre la historia de Polonia, que está unida desde sus orígenes a la historia de la fe cristiana. La misma temática aparece también en el poema Estanislao, dedicado al santo obispo y mártir de Cracovia, a quien Wojtyła sucedió como Obispo de la misma sede, durante los años 1963-1978. En mayo de 1972, con motivo del 900º aniversario del nombramiento de san Estanislao como obispo de Cracovia, el ya cardenal Wojtyła inició la preparación, durante nueve años, para la celebración del 900º aniversario de su martirio. Esa celebración fue también el motivo por el que Karol Wojtyła, elegido ya Papa, volvió a visitar su tierra natal, en junio de 1979.

Meditación sobre la muerte es el título de otro poema, escrito en 1975, en el que el cardenal Wojtyła reflexiona sobre la cuestión existencial del final de la vida del hombre. Fue el último poema publicado antes de su elección al papado. La Redención busca tu forma para entrar en la inquietud de cada hombre es el título de otro poema, compuesto aproximadamente en 1978, pero publicado por primera vez en 1979, después de que Karol Wojtyła fuera elegido Papa. Está protagonizado por Verónica, la mujer que, durante el camino hacia el Calvario, enjugó con un paño el rostro de Cristo. La pieza puede considerarse, quizá, como una bella síntesis, en versión poética, de los temas que Wojtyła desarrolló en su obra Persona y Acción. Junto con el poema dedicado a la samaritana, y Madre, son las tres composiciones que tienen como motivo central a un personaje femenino.

Este poemario recogido en este volumen II se cierra con Tríptico romano, escrito en 2003, después de una larga pausa en la creación poética que ocupó, prácticamente, todo el pontificado de Wojtyła. El arroyo, la Capilla Sixtina y Abraham son los protagonistas de estas doce piezas poéticas, que componen las tres tablas que forman la totalidad de la materia poética. En los archivos de Czesław Miłosz, ubicados en la Biblioteca Nacional de Polonia, se encontró una copia impresa de esta obra, que el propio Juan Pablo II envió al escritor polaco, convirtiéndole, así, en uno de los primeros lectores —si no el primero— de esta obra.

Por último, cabe destacar que, en anexo, el volumen recoge un texto hasta ahora inédito titulado Hermana, del que no conocemos la fecha de composición. Se trata de un breve poema, que reflexiona sobre la persona, a partir del detalle del rostro impreso en el paño de la Verónica. Junto al exhaustivo trabajo de investigación en diferentes archivos de Polonia, es mérito destacado de esta gran obra el complejo y delicado trabajo de crítica textual realizado por el Comité de estudiosos. Un trabajo que ha permitido discriminar entre las diferentes versiones mecanografiadas de un mismo texto, y recuperar, así, los textos más originales del poeta Wojtyła, despejándolos de las correcciones y añadidos que habían recibido a lo largo de las anteriores ediciones. Como muestra de este trabajo textológico, el volumen dedica una sección final a las variantes de los textos, con notas editoriales explicativas.

Estamos, por tanto, ante una obra de gran valor y de enorme interés para los estudiosos de Wojtyła, que viene a colmar una importante laguna en el campo de la investigación textológica y de fijación de los escritos literarios originales de Karol Wojtyła. Es de desear que esta obra sea también una ocasión que propicie la investigación bio-bibliográfica en torno a este autor tan prolífico y fecundo. No se puede conocer adecuadamente su obra filosófica y magisterial sin tener en cuenta la matriz cultural y espiritual de su pensamiento, que con tanta riqueza queda expresada en su obra poética y teatral.

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