La maternidad, un don de Dios: Cómo la teología de la educación de Edith Stein se opone al paradigma tecnocrático

Abstract

A medida que el ámbito educativo se ve cada vez más influenciado por las tecnologías de IA, resulta difícil determinar si los métodos de enseñanza están cultivando adecuadamente las capacidades humanas en su totalidad. El paradigma tecnocrático puede fomentar una visión utilitaria de la educación que pasa por alto la vocación personal y perpetúa una visión distorsionada de la naturaleza humana creada por Dios. A este respecto, Edith Stein, en sus conferencias sobre la mujer, con su visión de la educación, concibe la naturaleza esencial de la mujer caracterizada por tener cualidades que contrastan directamente con las características del paradigma tecnocrático. Aunque Stein no utiliza el término “paradigma tecnocrático”, su descripción de los vicios y de las estructuras que dificultan la formación de las mujeres es paralela a los problemas causados por el paradigma tecnocrático, como el fracaso en reconocer la verdad de la Creación, el reduccionismo y la falta de cuidado por la Creación entendida de manera integral. Los dones y virtudes del alma de la mujer pueden considerarse una contrapartida a los peligros de la era tecnocrática y, por extensión, una clave para redimir la tecnología y llevarla a una relación adecuada con la humanidad, el mundo creado y lo divino. Por ello, en este artículo se demostrarán en primer lugar las conexiones entre la descripción del paradigma tecnocrático según el papa Francisco en su encíclica Laudato Si’ y las amenazas y retos para la educación auténtica descritos por Stein. A continuación, se describirán las características de la naturaleza femenina que contrastan con el paradigma tecnocrático. Por último, se ofrecerán sugerencias para un enfoque pedagógico que forme tanto a hombres como a mujeres desde el punto de vista de su relación con Dios, en lugar de según los objetivos tecnocráticos. En última instancia, las ideas de Stein sobre la educación desafían al sistema educativo tecnocrático y ayudan a los estudiantes a desarrollar su auténtico yo como un don de Dios.